Cuál es tu unidad de medida amigo? Supongo que ese día tan frío, cuando habías aceptado el hecho y estuviste entregado, no tenias ninguna. Y aparecí en tu camino queriendo sanarte -o queriendo sanar algún aspecto de mi-. Pues aquí está la unidad de medida de mi felicidad,
Segunda parte Conejo -El alma no necesita ni propone explicaciones, tal vez en eso llevamos delantera, nos desprendimos de la mente en viajes anteriores, cuando entendimos que no era necesario. Alicia escuchó aquello y le encontró tanto sentido que soltó la charla estéril. Se sentó frente a la