Es una frase que ese día quedó de manifiesto absolutamente. Llovía, Alicia encontraba todos los días hermosos y solía sacar fotos a menudo pero entonces habia elegido acurrucarse contra el vidrio. Sentía el cuerpo cansado, no era nostálgica pero estaba medio ida mirando esa cortina gris que daba
Cuál es tu unidad de medida amigo? Supongo que ese día tan frío, cuando habías aceptado el hecho y estuviste entregado, no tenias ninguna. Y aparecí en tu camino queriendo sanarte -o queriendo sanar algún aspecto de mi-. Pues aquí está la unidad de medida de mi felicidad,
Segunda parte Conejo -El alma no necesita ni propone explicaciones, tal vez en eso llevamos delantera, nos desprendimos de la mente en viajes anteriores, cuando entendimos que no era necesario. Alicia escuchó aquello y le encontró tanto sentido que soltó la charla estéril. Se sentó frente a la
-Primera parte- Un enojo lo tiene cualquiera pero un profundo enojo.. de esos que sin anunciarse ni con un mínimo silbido urde, se manifiesta y fulmina toda existencia, uno de esos parecía ganar terreno y tiempo cuando colgó la llamada. Su cuerpo temblaba pero no sabía concretamente si
Un ventarrón bravo de verano refutaba el aroma a polvo y cardos, el cielo resumía un cierre particular, casi poniendo en duda su propia existencia. Nahuel acomodaba las últimas tropillas y Alicia disfrutaba con esas casi
El bote abría el agua con suma moderación, Alicia y su amigo iban en él, Alicia se preguntó si alguna vez perteneció a ese lugar, sabía que ese río bordea de punta a punta esa tierra en donde nació pero de ninguna manera le resultaba familiar.
Siesta de otoño en que comprendo algo nuevo, como una caterva de eslabones gordos que ya no los veo sueltos a la buena de Dios sino bien entrelazados. Caray, si siempre es cuestión del observador! Conejo: - dime, ¿para qué elegiste dedicarte a la fotografía? Alicia: Para observar Conejo: