-Primera parte- Un enojo lo tiene cualquiera pero un profundo enojo.. de esos que sin anunciarse ni con un mínimo silbido urde, se manifiesta y fulmina toda existencia, uno de esos parecía ganar terreno y tiempo cuando colgó la llamada. Su cuerpo temblaba pero no sabía concretamente si
Un ventarrón bravo de verano refutaba el aroma a polvo y cardos, el cielo resumía un cierre particular, casi poniendo en duda su propia existencia. Nahuel acomodaba las últimas tropillas y Alicia disfrutaba con esas casi
El bote abría el agua con suma moderación, Alicia y su amigo iban en él, Alicia se preguntó si alguna vez perteneció a ese lugar, sabía que ese río bordea de punta a punta esa tierra en donde nació pero de ninguna manera le resultaba familiar.
Siesta de otoño en que comprendo algo nuevo, como una caterva de eslabones gordos que ya no los veo sueltos a la buena de Dios sino bien entrelazados. Caray, si siempre es cuestión del observador! Conejo: - dime, ¿para qué elegiste dedicarte a la fotografía? Alicia: Para observar Conejo: